Influencia de la violencia familiar en el aprendizaje de los niños/as de educación inicial

Abstract

Today, the issue of violence left space private and secret from the public space and is currently one of the serious social problems that crosses the different primary and secondary networks of society, places pluriprofesional intervention. Extortion, insults, threats, shouts, slapping, beating, spanking, the dark room, the cold shower, the obligatory fast, mandatory food, prohibiting leave, prohibition of saying what you think the prohibition of doing what feels and public humiliation are some of the traditional methods of penitence and torture. For punishment of disobedience and punishment of freedom, family tradition perpetuates a culture of terror that humiliates, teaches children to lie and spread the plague of fear and culture of terror. Violence within the family is not a recent phenomenon, however, has been a feature of family life accepted since ancient times. However not begin to become aware as very serious social phenomenon until the sixties in Anglo-Saxon countries and in the eighties in our country. Feminist movements are the starting claims for women's rights. Social perception and recognition that certain behaviors are violent, it is historical. That perception is determined by power relations and the values ​​in a given society at specific historical moments. We live in societies that handle different codes in relation to violence; there is a strong condemnation when it takes place in public space, however it tolerates and supports when given in the private space. A complaint of an assault on public roads is immediately welcome, the same complaint is dismissed home, undervalued and even try to persuade the victim to withdraw its complaint. The childhood abuse, domestic violence, sexual assault and other forms of violence, are directly connected with the place that women occupy in society. The social representation on violence in the family environment is changing; however, there are many families who continue to assume that the use of violence within the family is natural and often positive, especially with regards to child abuse. Paradoxically what is silenced, that which remains hidden socially not mean it is a hard fact to perceive. In the case of domestic violence the phenomenon is not because it has made us everyday, has been "naturalized" it has become an expected situation in a given context. The social representation on violence in the family environment is changing, however, there are many families who continue to assume that the use of violence within the family is natural and often positive, especially in regard to abuse childish. However, where the problem of family violence is crucial and patentiza clearly, it is at school. The boy and the girl feel particularly helpless and vulnerable. They may be afraid and develop a few strategies to address conflict situations. Many (as) tend to violate the rules aggressively

Hoy, el tema de la violencia dejó el espacio de lo privado y secreto al espacio de lo público y es actualmente uno de los graves problemas sociales que cruza las diferentes redes primarias y secundarias de la sociedad, lugares de intervención pluriprofesional. La extorsión, el insulto, la amenaza, los gritos, la bofetada, la paliza, el azote, el cuarto oscuro, la ducha helada, el ayuno obligatorio, la comida obligatoria, la prohibición de salir, la prohibición de decir lo que se piensa, la prohibición de hacer lo que se siente y la humillación pública son algunos de los métodos de penitencia y tortura tradicionales. Para castigo de la desobediencia y escarmiento de la libertad, la tradición familiar perpetúa una cultura del terror que humilla, enseña a los hijos a mentir y contagia la peste del miedo y la cultura del terror. La violencia dentro de la familia no es un fenómeno reciente, por el contrario, ha sido una característica de la vida familiar aceptada desde tiempos remotos. Sin embargo no comienza a concientizarse como fenómeno social muy grave hasta la década de los sesenta en los países anglosajones, y en la década del ochenta en nuestro país. Son los movimientos feministas los que comienzan los reclamos por los derechos de la mujer. La percepción social y el reconocimiento que determinados comportamientos son violentos, es histórica. Esa percepción está determinada por relaciones de poder y por los valores presentes en una sociedad determinada, en momentos históricos específicos. Vivimos en sociedades que manejan diferentes códigos en relación a la violencia; existe una fuerte condena cuando ésta se lleva a cabo en el espacio público, sin embargo se le tolera y avala cuando se da en el espacio privado. Una denuncia por una agresión en la vía pública es inmediatamente acogida, la misma denuncia en el hogar es desestimada, subvalorada e incluso se intenta persuadir a la víctima que retire su denuncia. El abuso a la infancia, la violencia doméstica las agresiones sexuales y otras formas de violencia, están directamente conectadas con el lugar que las mujeres ocupan en la sociedad. La representación social sobre la violencia en el espacio familiar está cambiando; sin embargo, son numerosas las familias que continúan asumiendo que la utilización de la violencia al interior de la familia es algo natural y muchas veces positivo, especialmente en lo que se refiere al maltrato infantil. Paradójicamente aquello que se silencia, aquello que permanece oculto socialmente no significa que sea un hecho difícil de percibir. En el caso de la violencia familiar el fenómeno no se ve porque se nos ha hecho cotidiano, se ha "naturalizado", ha pasado a ser una situación esperada en un determinado contexto. La representación social sobre la violencia en el espacio familiar está cambiando, sin embargo, son numerosas las familias que continúan asumiendo que la utilización de la violencia al interior de la familia es algo natural y muchas veces positivo, especialmente en lo que se refiere al maltrato infantil. Sin embargo, donde el problema de la violencia familiar es crucial y se patentiza claramente, es en el ámbito escolar. El niño y la niña se sienten, particularmente desamparados y vulnerables. Pueden sentir miedo y desarrollar pocas estrategias para enfrentar situaciones conflictivas. Muchos (as) tienden a violar las normas de manera agresiva;